Bien, lo cierto es que antes del rescate de Chipre, el Bitcoin se mantenía en una cotización más o menos estable. Con una curva ascendente; pero más o menos estable. La única excepción a esto fue en julio de 2011 cuando hubo un pico pronunciado en el que el Bitcoin pasó de valer menos de 1 $ a casi 40, para luego estabilizarse otra vez en 3 y seguir su curva de subida lenta y paulatina.
El gran revuelo de ahora, que ha producido otro pico bestial que le ha llevado hasta los 237$ para luego caer en picado; aunque hasta unos 70-80$, ha sido provocado por el rescate de UE. a Chipre. Debido a esto, la gente de la Eurozona, especialmente de los países del Sur ha visto el fantasma del corralito que les puede inmovilizar el dinero que tienen en el bando de la noche a la mañana, sin tiempo de reacción, para luego que los gobiernos (bien estatal, o de la UE) realicen una quita minorando sus ahorros en un pellizco ciertamente importante.
En ese momento a alguien se le iluminó la bombilla, -si invierto en una moneda virtual no sujeta al control de ningún estado, UE., o banco central, podré manejar mi dinero con entera libertad-. Y las gentes de Europa empezaron a comprar, creando una fiebre del oro que retroalimentó al mercado en una espiral de compras de desatadas proporciones. Esta euforia, hizo subir como la espuma no solo al Bitcoin; sino también al Litecoin, pasando de 0,5-0,6$ a 5$, en una semana se multiplicó por 10.
En plena fiebre, los pools que generan estas monedas empezaron a sufrir feroces ataques de denegación de servicio DDoS, al igual que los sitios Web de transacciones de este tipo de monedas (Mt-Gox, BTC-e, etc...). Estos ataques, junto lo el vértigo de los precios alcanzados, terminaron por degenerar en pánico. La gente había hecho mucho dinero, veían noticias de ataques doquiera miraran, y encima empezaban a ver limitados o bloqueados sus accesos a los sitios de cambio. Mt.Gox llegó ayer a paralizar las compraventas para que se calmaran los clientes y se enfriaran los ánimos que generaban miles de órdenes de venta.
El resultado final, a fecha de hoy, un pequeño desastre. Pequeño, porque estas monedas todavía cotizan con un valor apreciable, y porque, a raíz de lo de Chipre, está claro que su importancia y valor ya no pueden ser desdeñadas.
A modo de conclusión, creemos que se debe estar en los mercados de Bitcoins y Litecoins, esto no ha hecho más que empezar, y los que llegan tarde siempre se quedan al verlas venir. No obstante, estos próximos días el mercado tiene mucho que decir todavía.
En ese momento a alguien se le iluminó la bombilla, -si invierto en una moneda virtual no sujeta al control de ningún estado, UE., o banco central, podré manejar mi dinero con entera libertad-. Y las gentes de Europa empezaron a comprar, creando una fiebre del oro que retroalimentó al mercado en una espiral de compras de desatadas proporciones. Esta euforia, hizo subir como la espuma no solo al Bitcoin; sino también al Litecoin, pasando de 0,5-0,6$ a 5$, en una semana se multiplicó por 10.
En plena fiebre, los pools que generan estas monedas empezaron a sufrir feroces ataques de denegación de servicio DDoS, al igual que los sitios Web de transacciones de este tipo de monedas (Mt-Gox, BTC-e, etc...). Estos ataques, junto lo el vértigo de los precios alcanzados, terminaron por degenerar en pánico. La gente había hecho mucho dinero, veían noticias de ataques doquiera miraran, y encima empezaban a ver limitados o bloqueados sus accesos a los sitios de cambio. Mt.Gox llegó ayer a paralizar las compraventas para que se calmaran los clientes y se enfriaran los ánimos que generaban miles de órdenes de venta.
El resultado final, a fecha de hoy, un pequeño desastre. Pequeño, porque estas monedas todavía cotizan con un valor apreciable, y porque, a raíz de lo de Chipre, está claro que su importancia y valor ya no pueden ser desdeñadas.
A modo de conclusión, creemos que se debe estar en los mercados de Bitcoins y Litecoins, esto no ha hecho más que empezar, y los que llegan tarde siempre se quedan al verlas venir. No obstante, estos próximos días el mercado tiene mucho que decir todavía.
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